domingo, 14 de agosto de 2016

Domingo, 14 de agosto.

"Abrázame. Queramonos, como siempre, ¿y porque no?, para siempre. Cuidémonos. Te quiero tanto. Viviría de tu presencia. Te anhelo a cada minuto, como una adicción, de las buenas. Estás loco, lo estamos los dos, de cierta forma. Pero nunca había visto una locura que compaginase tan bien. Bailemos, lento, rápido, a lo cutre. Pero quédate. Mírame, y déjame hundirme en ese color que tus ojos tienen. Marrón, tirando a café, los adoro. ¿Estás aquí? Te noto, incluso no estando aquí. Es como si pudiese verte, u olerte. Debe ser amor. No imagino mi futuro sin ti, ni mi presente. De hecho, ¿Cómo he vivido tanto tiempo sin ti? Sin tus cosas, sin nuestras cosas. Nos queremos, de verdad. ¿Quién puede decir eso a día de hoy? Confió más en ti, que en mí. Eres mi fuerza cada vez que me fallo. Eres tanto, tanto, que si pudiese ser capaz de hacértelo entender, o hacérmelo entender, se quedaría pequeño. Quédate, por favor, o vete, pero llévame contigo. Donde sea, cuando sea. Pero que esto no acabe, o que si lo hace que dure para siempre de alguna forma. Llorar, reír, discutir, dialogar, lo quiero todo. ¿Por qué solo lo bueno, si podemos tenerlo todo? Vayámonos. Cógeme, o acompáñame, pero yo te llevo. No hace falta más."